top of page
Buscar
  • Foto del escritorTalentino

ENTENDER LAS PATALETAS: una herramienta fundamental para manejarlas




El llanto de las pataletas o los berrinches temperamentales hacen parte de la vida de los niños y sus padres. Es una forma de protestar o de manifestar un capricho que implica sentimientos indeterminados y que el niño no pude controlar; pues las áreas de autocontrol en su cerebro aún no se han desarrollado.


Es importante que como padres entendamos que los niños en esta etapa son incapaces de controlar sus emociones, este entendimiento los ayudará a ver la situación de forma más constructiva, y no pensar en que se trata de un desafío a su autoridad. No sirve solamente decirle que se calme, nosotros como adultos debemos ayudarlo a poner sus sentimientos en palabras y manejarlos.


Un niño furioso puede causar confusión, exaltación y agobio a los padres. Es fundamental que los padres aprendan a manejar los sentimientos de furia que automáticamente afloran cuando los niños se enfurecen, para que estas reacciones no se conviertan en actitudes diarias y los padres puedan tratar de descifrar las motivaciones que inducen a los niños a actuar de esa manera.


¿Qué persigue el niño con la pataleta?


Por lo general, el niño espera llamar la atención de los padres, algunos niños descubren que gracias a sus pataletas pueden expresar todas sus carencias emocionales. Así, cada vez que se arroja al piso, grita o arma un escándalo, están diciendo: “¡Aquí estoy!”, “¡Mírame!”, “¡Háblame!”, “¡Muestra interés por mí!”. El niño no sabe realmente por qué lo hace, pero lo que hay detrás de esa conducta es un deseo inconsciente de llamar la atención.


¿Es posible evitar una pataleta?


Aunque es un poco difícil controlar una pataleta en el momento mismo en que se presenta, los padres pueden evitarlas estableciendo limites desde temprana edad. Si debe decirle no por alguna razón, dígaselo de manera firme, busque su colaboración y explíquele los motivos de la negativa. Evite dar órdenes absolutas y utilice un tono amistoso. Recuerde que está tratando con niños. Ofrézcale alternativas. Cuando tenga que negarle algo, dele otras opciones si las hay: “No te puedo comprar el helado hoy, pero cuando lleguemos a casa te doy tus galletas”; “No iremos al parque ahora porque está lloviendo, pero si quieres armamos unos obstáculos en la sala de la casa”.


¿Cómo afrontar una pataleta?


Ante todo, trate de entender por qué su hijo tiene una rabieta. Si es posible, explíquele que con esa actitud no va a lograr nada. Si después de tratar de conocer el motivo de su rabieta y de conciliar no obtiene ningún resultado, lo que deben hacer es dejar que el niño se desahogue, claro está, después de haberle manifestado que es una actitud destructiva que se debe evitar; pueden decirle que mientras mantenga esa actitud, ustedes se mantendrán alejados hasta que logre calmarse. Claramente pueden alejarse un poco del niño simulando indiferencia, pero sin perderlo de vista.

No trate de discutir con el niño, estará fuera de control hasta que se le pase el berrinche. No le grite, su rabia solo lograra prolongar su rabieta. Aunque sea un poco incómodo, si la pataleta ocurre en un lugar público, no actúe de forma diferente. Si lo hace, el niño sabrá que tiene una ventaja.

Averigüe que está generando el estado de ánimo. Permítale estar bravo y escuche atentamente que originó sus sentimientos. Lo que hay que controlar no es la emoción, sino los cambios hostiles del niño como respuesta al hecho de sentirse furioso. Por ejemplo, debe impedírsele al niño que le pegue a su hermanito porque le rompió el juguete, pero no exigirle que no esté bravo porque el pequeño lo hizo por accidente.


Enseñe a los niños a expresar la furia de manera asertiva cuando la sienta. Por ejemplo, permítales patear un cojín o gritar con fuerza en un lugar cerrado para no molestar a los demás.

Sin importar que tan ocupado se encuentre para satisfacer las necesidades de su hijo, procure reaccionar siempre de manera positiva. Recuerde que el niño es una persona en desarrollo y usted es un individuo ya formado. Tenga en cuenta a su hijo en las decisiones que lo involucren, pídale su opinión y hágalo sentir importante. Enséñele la diferencia entre lo correcto y lo incorrecto. Evite las advertencias sin resultado y siempre cumpla lo que le promete.



Johanna Malagón

Psicóloga


Saludos,

Equipo Talentino




96 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo

Comentarios


bottom of page